Alsacia en Navidad es conocida no solo por la arquitectura de los pueblos y las ciudades, sino porque toda Alsacia se vuelca con la Navidad y, además de los mercadillos navideños, los propios ciudadanos decoran todos los rincones del pueblo.
Reserva el hotel con tiempo, pues es una región pequeña y no hay mucha oferta hotelera en los pueblos, sumado a que se está poniendo cada vez más de moda.
Antes de empezar, te advierto que si no te gusta el rollo de la Navidad es mejor que no te plantees este viaje semanas previas estas fechas. Seguidamente, te enumero los pueblos y ciudades más importantes que ver si vas a viajar por libre a Alsacia en Navidad y concretamente durante el puente de diciembre. ¡Ahí voy!
Colmar, la Venecia Alsaciana
Colmar ha quedado detenida en el tiempo en algún momento entre el Gótico Alemán y el Renacimiento. Esto es algo que se percibe en sus suntuosos edificios nobles, que acompañan con elegancia a las típicas casas de madera alsacianas, mucho más humildes aunque igual de espectaculares.
Es el pueblo más famoso de los mercados navideños de Alsacia y el segundo mercado navideño más importante de Europa. Así que lo escogí como campamento base en mi viaje a Alsacia en Navidad.
Y es que en esta población se concentran 6 mercados navideños: el Mercado navideño de Place des Dominicains, Mercado de l´Ancienne Douane, el Mercadillo de Navidad de Petit Venise, el Mercado navideño de Place Jeanne D´Arc, el Koifhus (mercadillo de Navidad interior) y Mercado de Place de la Cathèdrale.
El horario de apertura de los mercados navideños suele empezar a las 11 de la mañana, cerrando a las 8 de la tarde.
A parte de los mercadillos, no dejes de pasear por los canales de la Pequeña Venecia, el barrio con más encanto de Colmar. Cuenta con pintorescas calles adoquinadas, barrios al borde de los canales y tradicionales casas alsacianas con entramado de madera, pintadas con extravagantes colores caramelo y decoradas con vibrantes macetas de flores.
Colmar merece la pena en cualquier estación, pero sin duda en invierno tiene un algo distinto que es sencillamente inigualable.
Estrasburgo, la capital de la Navidad
La capital alsaciana posee uno de los barrios medievales más grandes de Europa. En la Grand Île y la Petite France, las calles adoquinadas se entrelazan entre crujientes casas con entramado de madera que han sobrevivido cientos de años.
Una ciudad con hermosos barrios de principios de siglo construidos por los alemanes y fortificaciones de alta tecnología del siglo XVII diseñadas por Vauban. La difusión cruzada continúa en la cocina y el vino, y también en la presencia de instituciones internacionales como el Parlamento Europeo.
Ciudad alucinante también en cualquier época del año, declarada Patrimonio de la Humanidad, pero en Navidad se viste de gala. Y es que el mercado de Navidad de Estrasburgo se remonta al año 1570, cuando el Chriskindelsmarkt (Mercado del Niño Jesús) inspirado por los católicos reemplazó al Mercado de San Nicolás, promovido por los protestantes.
Los mercados navideños de Estrasburgo que podrás visitar son: el Mercadillo de Navidad de la Catedral, el Mercadillo de Navidad del Palacio Rohan y el Mercadillo de Navidad de plaza Broglie.
Kaysersberg
Kaysersberg lo tiene todo: preciosas casas medievales, pastelerías y cafeterías con chocolate caliente y decoración navideña a cascoporro.
También posee un castillo en lo alto de la colina con unas vistas espectaculares, viñedos y un río que atraviesa el pueblo.
Riquewihr
Riquewihr es un pueblo amurallado y mantiene algunas de sus torres defensivas. Aunque sea un diminuto pueblo, es una parada obligatoria en la ruta de los vinos.
Cuenta con numerosas casas de época bien conservadas, iglesias, alrededor de su arteria principal: la calle del General de Gaulle.
Esta preciosa población de cuento rodeada de viñedos y conocida como «La Perla de los Viñedos», sirvió a los Estudios Disney de inspiración, junto con Eguisheim, para crear el pueblo de Bella en la conocida película «La Bella y la Bestia».
Friburgo de Brisgovia
Friburgo es una animada ciudad universitaria, famosa por su casco antiguo medieval reconstruido, atravesado por arroyuelos alimentados con agua del río Dreisam (bächle). Pero también es famosa por ser una de las ciudades más sostenibles del planeta.
Lo primero que hay que ver en Friburgo es la catedral, una maravilla gótica con una maravillosa torre que se puede contemplar desde todos los ángulos.
Friburgo es también un punto de partida hacia la Selva Negra, y se puede coger un teleférico desde el sur de la ciudad hasta la cima del monte Schauinsland.