¿Por qué viajar a Ámsterdam?
Qué hacer en Ámsterdam en 2 días, capital de los Países Bajos. La magia de la ciudad se origina en sus canales, monumentos, plazas, parques, museos, coffeeshops y un barrio rojo para los más atrevidos.
Fue fundada en el s.XII como un pequeño pueblo pesquero pero en la actualidad es una ciudad de referencia europea y un destino perfecto para un fin de semana. Vertebrada por 382 canales y puentes, es la perfecta ciudad para conocerla tanto andando como en bicicleta.
Hay muchas cosas que vale la pena hacer y ver en esta ciudad y aquí una selección de qué hacer en Ámsterdam en 2 días.
El itinerario descrito es en el supuesto caso de que se llegue a la ciudad un viernes por la tarde y os quedéis hasta el domingo a media tarde.
Viernes: día de llegada a Ámsterdam
Si llegáis a media tarde del viernes a Ámsterdam lo mejor es aprovechar para dirigirse a la zona de la Plaza Leidseplein, una de las zonas más animadas de la ciudad en la que podéis quedaros a cenar. A menos de 15 minutos andando de la plaza se encuentra un restaurante muy original donde se podrás probar deliciosos platos de cocina holandesa. El Restaurante Moeders es un tributo a la madres y destaca por su curiosa decoración. Una vez terminada la cena podemos dirigirnos a la plaza y tomarnos una copa (¡si es que os quedan fuerzas!).
Poco más va a dar el día para poder ver en la ciudad, así que al ser el día de llegada, recomiendo descansar para reponer pilas para el día siguiente muy intenso que nos espera.
Sábado: mañana cultural y noche en el Barrio Rojo
Ámsterdam de día
El día empieza cargado de cosas por conocer. Una forma de ver la ciudad desde una perspectiva especial es alquilar una bici en los cientos de sitios de alquiler (presentar documentos y en algunos casos se requiere el pago de una garantía en efectivo/tarjeta de crédito). Más que un medio de transporte, es un estilo de vida que os va a permitir recorrer la ciudad a través de sus puentes y parando en lo que más os interese. Además es una de las ciudades más amigables para ir en bici.
La visita de la Casa de Ana Frank es una parada casi obligada. En ella podréis revivir la conmovedora historia de las familias que se ocultaron entre sus paredes para escapar de la persecución nazi. Se recomienda ir bastante temprano para evitar largas colas.
A dos pasos por la calle Prinsengracht se encuentra la Iglesia Westerkerk y su torre Westertoren, y el monumento de Ana Frank. Siguiendo la misma calle en dirección nordeste llegaréis hasta la Estación Central de Ámsterdam.
De estilo neo-renacentista fue construida entre 1881 y 1889, y actualmente es un punto clave de comunicación en la ciudad por su importancia ferroviaria y con paradas de metro y tranvía.
Justo enfrente a mano izquierda vemos la Iglesia de San Nicolás, patrón tanto de la iglesia como de la ciudad. Una basílica neobarroco y neorrenacentista digna de ver aunque sea por fuera. A 2 min a pie puedes aprovechar para entrar en la cervecería Brouwerij de Prael, donde picar algo de comida holandesa, beber cerveza artesana y escuchar música holandesa (smartlappen).
Ámsterdam de noche
Se acerca el anochecer y resistirte al desmadre de la noche en la ciudad es casi imposible. Cruzando el canal por la Calle Damstraat llegaréis hasta el pintoresco Barrio Rojo, donde podréis pasear por las calles iluminadas por las luces de neón, mientras las mujeres que ejercen la prostitución, ofrecen sus servicios detrás de ventanas, a modo de escaparate.
El Barrio Rojo está repleto de Coffee Shops, bares en los que está legalizada la venta y el consumo de marihuana pero lo malo es que no ofrecen alcohol. Podéis pasar el resto de la noche paseando y cenar en alguno de los restaurantes de la zona.
Si estáis muy interesados en el tema, aquí un listado de los mejores coffe shops de la ciudad.
Domingo: conocer el lugar en torno al cual se creó Ámsterdam
Último día que hay que exprimir. Dirigirse a la zona más importantes de la ciudad, la Plaza Dam. En esta la plaza podréis contemplar por fuera algunos edificios históricos entre los que destaca el Monumento Nacional, un gran obelisco de 22 metros de altura construido en homenaje a los soldados holandeses caídos en la Segunda Guerra Mundial y el Palacio Real. Este palacio neo-clásico fue construido entre 1648 y 1655 y utilizado como Ayuntamiento en sus orígenes, siendo actualmente la sede de diversos actos oficiales.
En la Plaza Dam también podréis encontrar la iglesia Nueva Nieuwe Kerk y el Museo Madame Tussaud de cera (si ya habéis visto el de Londres, no es mucho tiempo invertir el tiempo y el dinero).
A 6 minutos andando hay la iglesia Oude Kerk, construida en 1302 que se conserva como el edificio más antiguo de la ciudad. Por toda esta zona podréis tomar alguno de los barcos que recorren los canales de Ámsterdam, una forma de ver la ciudad desde una perspectiva especial.
La idea es dirigirnos hasta el colorido Mercado de las Flores (Bloemenmarkt). Puro color y perfume donde se pueden comprar flores, plantas y semillas listas para llevarte a casa.
Dependiendo del tiempo que tengáis y de vuestros gustos, podéis visitar la Heineken Experience, un recorrido a través de la historia y el proceso de fabricación de la famosa cerveza que os costará 18€. ¡Siempre puede ser una buena idea ir un poco piripi antes de volver a casa!
Si tenéis la suerte de disponer de más días, podéis aprovechar para conocer algunas de las encantadoras localidades cercanas, como Volendam, Marken o Utrecht y disfrutar así del país de los tulipanes.